Siguiendo sus pasos.

Siguiendo sus pasos.

Desde hace un tiempo hay mucho alboroto por aquí, todo lo ha causado un nazareno, un hombre que en este tiempo se ha hecho muy popular. Algunos dicen que es un profeta y muchos otros dicen que es solo un blasfemo.

Todo este revuelo se debe a su forma de hablar y a todo lo que este ha podido hacer. ¿Alguna vez has visto un milagro? Yo no había sido testigo de alguno hasta que él llegó aquí. 

Un hombre conocido en la región llamado Juan ya nos había hablado de esto, recuerdo que nos decía que debíamos arrepentirnos pues el reino de los cielos se había acercado. Muchos de mis vecinos fueron bautizados por él, yo nunca entendí sus palabras, pero ahora creo que nos estaba hablando de él: Jesús. 

Mucha gente está muy molesta con su presencia, sobre todo los maestros de la ley. Jesús vino a enseñar la palabra de Dios de una manera totalmente diferente, y es que a través de él hemos aprendido lo que es el amor, la fe y la misericordia; esto no se escuchaba mucho antes de su llegada. 

Hay doce hombres que lo siguen a todas partes, parece que él les enseña cosas nuevas todo el tiempo; ellos dejaron todo lo que hacían solo por seguirle. Lo interesante es que algunos de ellos son pescadores y hasta un publicano camina con él. ¡Un publicano! ¡Los maestros jamás nos han dejado estar cerca de los publicanos y pecadores! 

Pero Jesús sí, él se sienta a la mesa con todos. Dice que los que están sanos no necesitan médico, sino aquellos que están enfermos. Por esa razón nos ha exhortado a entender que la misericordia es más importante que los sacrificios, una y otra vez dice que ha venido para llamar a los pecadores al arrepentimiento. 

Desde que él llegó mi corazón se estremeció, no puedo entender como pueden estar tan molestos con un hombre que sólo dedica su tiempo a enseñar y ayudar a otros. Confieso que desde el día que lo vi enseñando en la sinagoga, no pude dudar que sus palabras eran solamente verdad. Desde ese entonces lo comencé a seguir; al principio no entendía mucho sus enseñanzas y tenía un poco de miedo, pero poco a poco abrí mi corazón y pude entender que realmente él es el camino, la verdad y la vida: sin él sería imposible llegar al Padre.

¡No! ¡No me estoy volviendo loco! Desde que Jesús llegó los ciegos han podido ver, los cojos ahora caminan bien, los leprosos fueron curados, ¡y hasta los muertos han resucitado!

Gracias a Jesús los pobres han escuchado del evangelio, y aquellos que se han equivocado grandemente han sido perdonados. El otro día una mujer iba a ser apedreada por ser encontrada en adulterio, antes de que alguien pudiera arrojar la primera piedra Jesús dijo: El que esté libre de pecado tire la primera piedra. Nadie pudo hacerlo, Jesús sólo escribió en la tierra y le dijo a la mujer que se levantará y no pecara más. 

¡No cabe duda que al estar cerca de Jesús las vidas de muchos son transformadas! Primero sus discípulos, ¿y ahora esto? 

Lo curioso es que con esto él no pretende ganar fama, al contrario, dice que todo lo que él puede hacer proviene del Padre. ¿Ya me entiendes? 

Jesús no es cualquier persona... ¡Es el hijo de Dios! 

Algo que he aprendido desde que comencé a seguir a Jesús, es el valor del amor y el servicio. Jesús dedica su vida a servir a los demás, no sólo habla y habla como muchos estábamos acostumbrados. Él lo demuestra con su ejemplo, su humildad y amor ha transformado la vida de muchos, que como yo, han creído que él es el hijo de Dios. 

¡Sí! Hoy creo que Jesús es el hijo de Dios y he decidido seguir sus pasos... Sé que mi vida puede estar en riesgo por haber tomado esta decisión, pero alguna vez le escuche decir: el que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo. 

¿Parece riesgoso verdad? Tal vez lo sea, pero Jesús nos ha dicho que recibiremos cien veces más de todo lo que dejemos, y la recompensa más grande será la vida eterna. 

Jesús conquistó mi corazón por su manera de amar, de servir, de ayudar, de sanar. ¿Será que algún día todos lo entenderán? ¡Yo espero que sí! 

Si de algo estoy seguro, es que Jesús nos ama a todos por igual. Mañana hay una cena, Jesús tiene algo importante que decir... 

Mientras tanto, yo estaré siguiendo sus pasos...