Dando a luz los planes de Dios.

Dando a luz los planes de Dios.

Desde el comienzo, Dios le dio a la mujer un lugar de honra, ella es el sello de la creación. En su esencia está toda la delicadeza, belleza, carácter y sabiduría que la llevan a ser una ayuda idónea; pero sobre todo, a la mujer le fue dado el privilegio más grande: la capacidad de dar vida.

Si algo tiene Dios, es una capacidad infinita de soñar y crear cosas extraordinarias. Todo el tiempo él está hablando, y de su boca son creadas todas las cosas. (Génesis 1)

Es increíble saber que cada uno de nosotros ha sido un pensamiento y un sueño de parte de Dios. Salmo 139:13-14 nos dice: "Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre. ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!

Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien".

Dios nos formó con todo su amor y con una increíble creatividad, cada cosa que puso en nosotros fue perfectamente calculada. Él escribió cada uno de nuestros días y nos dio un gran propósito de vida, somos un sueño de parte de Dios y la mujer es la encargada de traer ese sueño a la luz. 

Mamá, ¡fuiste escogida para dar a luz propósitos que transformarán a esta generación! 

¡Vaya labor que Dios puso en aquellas que son madres! Una mujer embarazada quema las mismas calorías que un deportista que se prepara para correr un maratón, ¿y que decir del labor de parto? Dar a luz no es sencillo, es un proceso de mucho trabajo y dolor, se dice que el dolor que experimenta una mujer cuando está en labor de parto es similar al de romperse 27 huesos de manera simultánea. 

Las mujeres son bellas y delicadas, pero Dios ha depositado una fuerza y firmeza que al momento de ser portadoras de un sueño perfecto, salen a relucir de manera extraordinaria. 

La Biblia en el libro de Éxodo nos habla de las mujeres hebreas, específica que ellas eran mujeres robustas y que daban a luz antes de que la partera llegara a ellas. (Éxodo 1:19)

Ellas sabían que en cada descendiente de un hijo de Dios hay un propósito eterno, y sin importar la adversidad lucharían por traerlo a luz.

Cuando hablamos de una mujer robusta, nos referimos a una mujer que es fuerte y firme; que tiene la capacidad de llevar a cabo las cosas a pesar de la resistencia a la que se enfrenta; una mujer de guerra, inamovible, firme en sus convicciones y principios; una mujer que no se deja dominar ni abatir por las circunstancias; una mujer que se anticipa a los acontecimientos debido a su preparación; una mujer en la cual se puede edificar los sueños de Dios. 

Dios creó a cada mamá con esa fortaleza extraordinaria, y en ti ha depositado una gran herencia, ¡cuídala y forja tu herencia! Cuando abres camino a un sueño de parte de Dios, das destino a generaciones. 

Detrás de cada gran siervo de Dios que conocemos en la Biblia, había madres extraordinarias, mujeres incansables que se atrevieron a dar vida a los planes de Dios y que gracias a ello, el rumbo de la humanidad fue transformado por completo:

-Sara dio a luz a Isaac, el hijo de la promesa.

-Jocabed dio a luz a Moisés, el Libertador de Israel.

-Ana dio a luz al Profeta Samuel, juez justo que ungió a David.

-Elizabeth dio a luz a Juan el Bautista, el que preparó el camino de Jesús.

-María dio a luz a Jesús, nuestro Salvador.

¡Mamá! ¡No sólo has dado a luz descendencia, has dado a luz propósitos eternos!

Gracias por su amor y dedicación, son extraordinarias.

¡Feliz día de las madres!

"Los hijos son una herencia del Señor, una recompensa que él da".

Salmos 127:3